A los gatos le encanta dormir, sin embargo no tienen un sitio fijo para hacerlo.
Los gatos, aún siendo gatos caseros y sabiendo que están seguros, alternan sus lugares de descanso. Suelen dormir en rincones que a veces nos resultan de lo más incómodo, pero para ellos no lo son.
Suelen buscar lugares alejados, cálidos y seguros para no ser atacados nunca. Cuando llegan a un lugar con la intención de dormir, primero se acomodan, permaneciendo un buen rato pendiente a su entorno por si hay algo que no le sea de su agrado, cambian de lugar.
Solo cuando esté totalmente seguro que el lugar elegido es un lugar tranquilo y fuera de peligro se recostará a dormir bien en un sueño largo o en un sueño de los cortos.
Lugares como el interior de los cajones, de los armarios, de los muebles… Ellos son así felices y duermen tranquilos. Por lo tanto, ¿quiénes somos nosotros para llevarles la contraria?